Un escándalo de proporciones se avecina con la jurado de un importante certamen televisivo. La fémina, gran artista por cierto, no tendría firmado su contrato con la productora del ciclo, ni con el canal que emite el programa, sino con otra empresa fantasma con el fin de evadir cargas impositivas. Pero cuidado porque los sabuesos de la AFIP estarían tras los pasos de esta maniobra non sancta. Veremos que pasa.