Estos son fragmentos de la emotiva carta que Merlina Licht le escribiera a su amiga Mariana Lestelle, en la cual contaba detalles de su lucha contra el cáncer:
"Es bueno recordar aquel 25 de febrero donde me senté en vivo a relatarle a quien estuviera mirando que tenía cáncer. Fue liberador e inspirador para muchos hablar de algo que es todavía vivido como algo que debe guardarse en secreto, no por mantener la calma o la privacidad, sino como algo que estigmatiza, rebaja y daña. Mi cuerpo está sano, me dije, y no voy a tratar de calmar la parte que sí está afectada. Seguí trabajando, haciendo ejercicios y traté de llevar una vida más o menos normal. Se empezó a complicar poder comer y los dolores aumentaron. Ayer, 6 de mayo arranqué el primer ciclo de quimioterapia. Fue duro llegar a esta instancia. Me había acostumbrado o mejor dicho, había anestesiado el concepto de la enfermedad. El enfrentarse al hecho del tratamiento, cosa que por lo general es algo que te dan de inmediato una vez declarado el cáncer, suele convulsionar de manera rápida la vida, del enfermo y de la familia. Es como que no te dan tiempo a pensar y tu esperanza está puesta allí, combinada con la desazón, la angustia y el bajón que te da aquello que no se ha terminado de digerir. Lo peor es el miedo al agresor. Lo mejor es querer enfrentarlo. Pensé en mis hijos otra vez, y me di cuenta que al ser madre, no le tenés miedo al dolor. Que pueden hacer lo necesario con mi cuerpo físico, pero nada puede ser tan grave porque lo más importante es seguir viviendo por ellos. No entregarse es la meta. Es como caer prisionera durante muchos meses en un lugar donde te rapan, te torturan, te ponés débil y tenés que soportar de todo. Con la diferencia de que a diario podés seguir viendo a tus hijos, tu marido, tus padres y todos los afectos de los que quieras rodearte. No puede ser tan malo. Disfrutar de los recuerdos y poner la cabeza en positivo haciendo planes a futuro. Eso que te dicen de vivir el día a día está muy lindo pero para mí, la vida siempre fue planificar y sacar conclusiones de los objetivos. Por qué habría de cambiar ahora? Trato de esforzarme conteniendo a mi marido que a veces está mal, o a mis padres, que se brotaron de ansiedad y me llaman más que nunca como si tuvieran un acciones en la compañía de teléfono. Escuché que está bueno llorar, que descargar hace bien. Pienso en mis pobres párpados, no quiero tener que operarme encima de todas las que tengo que pasar."