Los Calabró hicieron gala durante toda su vida de ser una familia muy unida. Juan Carlos y su mujer Coca siempre se enorgullecieron de sus hijas Iliana y Marina. Sin embargo, en los últimos años el popular cómico se encargó de criticar muchas de las perfomances teatrales y mediáticas de su hija mayor y nunca estuvo dispuesto a avalar su aparición en escena en conchero y plumas. Este verano la guerra no declarada entre "Cala" e Iliana se recrudeció al compartir escenario en "El gran Burlesque". Primero el humorista criticó la aparición de un elemento fálico en un cuadro de su hija y luego sacó a la luz una guerra de egos familiar al solicitar a los medios un aplausómetro para graficar quien es el más vitoreado por el público en la sala. Para su hija Marina tampoco ahorró críticas al señalar que estaba en el lodo, refiriéndose claramente a su participación como panelista en el ciclo Infama. Los lazos familiares empiezan a quebrarse para los Calabró y esta guerra secreta puede sumar nuevos capítulos.
